domingo, 10 de octubre de 2010

"Lo puede ver todo el mundo"

por russiandolls

Uno de los temas que dentro de la organización de ARTifariti en los campamentos me están resultando más interesantes es el de la conectividad. Este es un encuentro de características muy específicas que conlleva una logística complicada, llevada en todo momento de la mano del Frente Polisario y su protocolo. Es encomiable la dedicación que tienen a este proyecto, demostrando con ello que son muy conscientes de la capacidad transformadora del arte. De igual manera, también han sabido darle un papel importante a Interent a través de los talleres de comunicación. Para que puedan realizarse hacen un gran esfuerzo por mantener una conexión estable y ofrecer equipamiento en lo que viene siendo dentro de la Escuela de cine como una especie de medialab improvisado.





A veces sucede que es difícil mantener la conexión por cosas como que se produzcan bajadas de tensión o que el viento fuerte mueva la antena y se pierda el enlace con el satélite, lo cual requiere de que un técnico (bueno, el Ministro de Telecomunicaciones del Gobierno) tenga que hablar por chat con España para recuperar la señal. El hecho de que, además, en la última reunión evaluativa que tuvimos se considerara la posibilidad de mantener el acceso a Internet permanentemente para hacer sostenibles algunos proyectos, ha terminado por convencerme de que realmente la lucha se abre a nuevas posibilidades. Además, uno de los principales problemas de la vida en los campamentos es la inactividad de la mayoría de la población, la espera que no termina. Por tanto, facilitar este tipo de herramientas de información, comunicación, formación y producción se convierte en un factor altamente prioritario.

Una de las personas que más están aportando en esta dirección es Eugenio Tisselli. En esta edición, ha vuelto para continuar el taller que está desarrollando dentro del ya conocido proyecto Megafone de Antoni Abad, ya iniciado por ambos el año pasado. En esta ocasión trabaja con un grupo de jóvenes saharauis que, por las circunstancias que se viven aquí, resulta que son sólo chicas. Eugenio les hace entrega de una serie de teléfonos móviles y les ha enseñado a utilizar la web para que suban contenidos, imágenes y audio, de su día a día como refigiadas. Tal como él les explicó, al publicar estos contenidos en Internet “lo puede ver todo el mundo”, y supongo que no hace falta que os diga la relevancia que esto tiene en tales circunstancias.






El desarrollo del taller es complejo debido a que muchas de las alumnas casi no hablan español, a lo que se le suma las interrupciones técnicas. Pero aún así, algunas de ellas se han implicado bastante en la actividad. Es interesante ver cómo organizan la información según los temas elegidos por ellas y de qué cosas les gusta hablar. Lo que en la web nos encontramos no son las fotos de periodistas o sociólogos contándonos lo que según ellos aquí pasa, no, lo que encontramos es la subjetividad de sus protagonistas. Esto es probablemente lo que ha hecho de Megafone un proyecto muy fructífero y de largo recorrido. La tecnología tiene un papel absolutamente secundario, porque para ellos lo que importa son las comunidades y cómo ellas se expresan libremente.



Esperemos que Fatma, Lamira, Chbla, Tekbr o algunas de ellas se animen a continuar (y tengan medios para hacerlo) con este trabajo que les da voz y las ha capacitado para iniciarse en otras profesiones relacionadas con la comunicación. Por último, aquí os enlazo una de las imágenes subidas por las chicas que me llamó la atención y me conmovió. Dentro del tema “naturaleza” se encuentra la foto de una pintura en la que aparecen unas cascadas y una frondosa vegetación, algo que sin duda no se ve por los alrrededores, y por ello quizá recurrieron a una representación. Puede que en esa imagen la naturaleza de la zona no quede correctamente representada pero sí que lo están ellas mismas.


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